Organización Inteligente
M.P. Verónica Rangel Medina.

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Muy seguramente en alguna ocasión hemos escuchado el termino de organización inteligente, puesto que en el mundo global en el que nos desenvolvemos es común la búsqueda del crecimiento y desarrollo en el  que todos los miembros de una organización aprendan  y pongan en práctica todo el potencial de sus capacidades,  que adquieran compromisos y que asuman su responsabilidad  creando  sinergias a través de trabajo en equipo.

Para conocer un poco más acerca de éste  término se toma como referencia a Peter Senge (1990) quien define a las organizaciones inteligentes como  aquellas en la que los individuos son capaces de expandir su capacidad y de crear los resultados que realmente desean, donde las nuevas formas y patrones de pensamiento son experimentados, en donde las personas aprenden continuamente y en conjunto, como parte de un todo. 

En la actualidad en la que los avances están a la orden del día  y el cambio en las organizaciones es una cuestión de supervivencia; los expertos opinan que las organizaciones inteligentes representan una ventaja competitiva, puesto que son una estructura integrada que trabaja como un todo y es capaz de tejer permanentemente la habilidad de cambiar la esencia de su carácter; tiene valores, hábitos, políticas, programas, sistemas y estructuras que apoyan y aceleran el aprendizaje organizacional.

Como principal característica de las organizaciones inteligentes se encuentra el manejo efectivo del recurso humano, la detección oportuna de necesidades de mercado y su capacidad de innovación.

Además la diferencia competitiva se encuentra en las personas de la organización, es por eso que se debe potenciar el conocimiento de los integrantes de las empresas que deben convertirse en colaboradores y mantenedores de la precisión, exactitud y actualidad de los conocimientos almacenados, de tal forma que sea  una herramienta para resolver problemas con “sabiduría” y “responsabilidad”, por lo que la delegación de autoridad es imprescindible, y que a su vez genere un clima de compromiso y confianza entre la empresa  y sus colaboradores.

Por todo esto; es  necesario que empecemos ahora, de manera personal a potenciar nuestros conocimientos para en un futuro cercano trasmitirlos a nuestra empresa, creando organizaciones inteligentes, entre más se incrementen las organizaciones de este tipo, se puede en conjunto lograr una sociedad que crezca en el conocimiento explotando al máximo sus capacidades y logrando como consecuencia una mejor sociedad.

 

 

Bibliografía:

Senge Peter. La quinta disciplina en la práctica. Argentina. Ed. Granica. Sexta edición.2005


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